El síndrome
de inmunodeficiencia adquirida (sida)
Es conocido por su acrónimo sida, es el
conjunto de enfermedades de muy diverso tipo (generalmente, procesos
infecciosos o tumorales) que resultan de la infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH). El uso de medicamentos combinados puede controlar
la replicación del virus y fortalecer el sistema inmunitario; la consecuencia
es que la infección se convierte en crónica y no deriva en sida, algo que, en
su evolución natural y en la mayoría de los pacientes, ocurriría, como media, a
los diez años del contagio, produciéndose la muerte en un periodo de tres a
cinco años.
Clínicamente, el sida es declarado cuando un paciente seropositivo
presenta un conteo de linfocitos T CD4 inferior a 200 células por
mililitro cúbico de sangre. En esta condición, el sistema inmune se
halla gravemente deteriorado, de modo que el paciente queda expuesto a diversos
procesos patológicos generados por un conjunto de infecciones
oportunistas. Cuando las condiciones de los servicios médicos no permiten la
realización de pruebas de laboratorio, se declara que un paciente ha
desarrollado sida cuando presenta enfermedades que se consideran definitorias
del síndrome.
Historia
La era del
sida empezó oficialmente el 5 de junio de 1981, cuando los CDC (Centers for Disease Control and
Prevención(Centros
para el Control y Prevención de Enfermedades) de Estados Unidos convocaron una conferencia de prensa donde describieron
cinco casos de neumonía por Pneumocystis carinii en Los Ángeles.4 Al mes siguiente se constataron
varios casos de sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de piel. Las primeras constataciones de
estos casos fueron realizadas por el Dr. Michael Gottlieb de San Francisco.
Pese a que los médicos conocían tanto la neumonía por Pneumocystis carinii como el sarcoma de Kaposi, la aparición conjunta de ambos en varios
pacientes les llamó la atención. La mayoría de estos pacientes eran
hombres homosexuales
sexualmente activos, muchos de los cuales también sufrían de otras enfermedades
crónicas que más tarde se identificaron como infecciones oportunistas. Las
pruebas sanguíneas que se les hicieron a estos pacientes mostraron que carecían
del número adecuado de un tipo de células sanguíneas llamadas T CD4+. La
mayoría de estos pacientes murieron en pocos meses
Prevención
Una vez que un individuo contrae el VIH, es
altamente probable que en el transcurso de su vida llegue a desarrollar sida.
Si bien algunos portadores permanecen en estado asintomático por largos
períodos de tiempo, la única manera de evitar el sida consiste en la prevención
de la infección por VIH. La única vía para la transmisión del virus es a través
de los fluidos corporales como la sangre y los fluidos corporales. Este virus
no se puede transmitir a través de la respiración, la saliva, el contacto
casual por el tacto, dar la mano, abrazar, besar en la mejilla, masturbarse
mutuamente con otra persona o compartir utensilios como vasos, tazas o
cucharas. En cambio, teóricamente es posible que el virus se transmita entre
personas a través del beso boca a boca, si ambas personas tienen llagas
sangrantes o encías llagadas,